LA MAGIA Y EL MIEDO... (Cuidado con la Magia Negra)

LA MAGIA Y EL MIEDO

Somos seres mágicos. Lo aceptes o no, lo somos. Somos hechos de Energía, que es la base de la magia. Durante siglos se nos ha hecho creer que la magia está relacionada con lo satánico cuando, en verdad, no es así. La magia nace de la pureza del Espíritu. Nos fue entregada para hacer el bien. Parte de esa magia, llamada Milagro, es lo que permite la sanación.

Lo más simpático es que andamos haciendo magia todos los días, aún sin saberlo. Y es que la magia contiene tres ingredientes básicos que la hacen posible: PENSAMIENTO + EMOCIÓN + VERBO = MAGIA. Veamos cada uno por separado:

1. PENSAMIENTO.- Es la idea, el deseo ferviente, la visualización, el anhelo, aquello que da forma al objeto.

2. EMOCIÓN.- Es lo que sentimos y cómo nos sentimos en relación al deseo: alegría, odio, frustración, gozo, temor, ira, entusiasmo, rencor, optimismo, placer, resentimiento, alborozo, melancolía, júbilo…

3. Verbo.- Es la decisión expresa de que lo que se desea, suceda.

Como podemos observar, son tres cosas que hacemos todo el tiempo. Me dirás “Pero yo hago eso y no me resulta”… y puede que sea cierto… Sin embargo, vemos “coincidencias” por todos lad cuando, en verdad, nada es casual sino CAUSAL. El caso es que, para que la magia se dé, es necesario que los tres ingredientes se encuentren alineados y, para ello, la ficha clave está en nuestras emociones. Puedo desear algo con todas mis fuerzas y expresarlo decididamente… PERO, si lo que pido, parte del temor, o existe un resquicio de escepticismo, de duda, difícilmente la magia puede darse. Es por ello que, por lo general, las cosas más negativas sí suceden: como cuando estamos molestos con alguien y, en un arranque de furia, CASI sin pensarlo, exclamamos: “Como no se rompe una pierna ese…” y se la rompe… ¿Por qué sucede esto? La razón es muy simple: La emoción se alineó con el deseo y la expresión… todo era negativo, entonces, de acuerdo a la Ley de la Atracción, el IMÁN, funcionó inmediatamente.

Es por la misma razón pero a la inversa, que cuando deseamos algo bueno para nosotros, a menos que realmente sintamos una fe ciega, es decir, la alegría y el gozo de SABER que ya está dado, al final, no se cumple. Es el Miedo, bajo la forma de tristeza, angustia, duda, frustración o impotencia, lo que impide que consigamos nuestro cometido. De no ser así, cuántas cosas podríamos estar consiguiendo! ¿Recuerdas cuando Jesús decía que, si tuviéramos fe del tamaño de un granito de mostaza, seríamos capaces de decirle a la montaña: MUÉVETE… y la montaña se movería” Pues, de eso se trata. La FE y el TEMOR son las dos caras de una misma moneda. Una puede existir si la otra está presente.

Ahora bien, debo aclarar que, cuando hablamos de magia negra, cometemos un error muy grande. La magia procede del Espíritu que es impoluto e incorruptible. Lo que el hombre hace con esa energía, haciendo uso de su Libre Albedrío, es lo que la ensalza o lo que la profana, oscureciéndola cada dos por tres. Es el mago quien, entre sus temores (que son los que dan lugar a todas las emociones negativas) y su inconsciencia, se vuelve obscuro.

Y aún hay algo más que añadir. Como todo lo que hacemos trae consigo una consecuencia, todo lo que hagamos, se volverá a nosotros como un boomerang, no una sino hasta siete veces… a veces ni siquiera sobre nosotros sino que nos da donde más nos duele que son los seres que más amamos. Incluso podría llegar hasta una cuarta generación. Es por ello que considero importantísimo que descorramos el velo, abandonemos la ignorancia y tomemos consciencia y nos hagamos responsables de nuestras palabras y pensamientos, más aún cuando nuestras emociones responden a un estado de negatividad. Podría der verdaderamente nefasto. Más nos vale ser positivos y desear lo mejor… para todos, bajo la Gracia Divina y en Armonía Perfecta.

La pregunta es ¿Qué tipo de mago deseas ser? Piénsalo bien y pide sabiduría y asistencia Divina.

Bendiciones mil